Actualmente es imposible no saber el resultado final de un partido. Con tanta tecnología a nuestro alcance, celulares, internet, fotografía digital, notebooks, podemos saber el resultado de un partido que se disputó en cualquier lugar del mundo en cuestión de minutos.
Una tarde del mes de marzo de 1987 Excursionistas enfrentaba a Argentino de Merlo en el oeste.
Esa tarde tomé prestada la radio de mi viejo y sintonicé el programa el Ascenso por Tres, que se emitía por Radio Colonia. En ese histórico show radial transmitían algún partido del Nacional B o Primera B y a la vez informaban los goles de todas las canchas, de todos los encuentros de la fecha.
Imaginen en cada estadio un periodista, o un amigo o un hincha, que buscaba un teléfono público o pedía permiso a un vecino amable que le permitiera utilizarlo para informar de un gol. En aquel momento en la radio sonaba un pitido y al instante venía la información: Piiiiiii Gol de Excursionistas, Caimi, Argentino de Merlo 1 – Excursionistas 1. Era imposible saber en que momento había sido convertido el gol, tal vez hacía media hora que el partido estaba empatado.
Recuerdo que la mayoría de los goles llegaban en lo primeros 15 minutos del segundo tiempo, pero el momento más álgido y temible, era sobre el término del programa cuando llegaban los resultados finales.
Con el tiempo fui desarrollando un gran odio a la palabra parcial, porque suena a algo no terminado, inconcluso, imperfecto, modificable. Aquella tarde la voz del locutor al final fue Argentino de Merlo 1 – Excursionistas 1 parcial. Minutos después finalizaba la transmisión.
Esas últimas siete letras hacían perder valor a toda la información. La duda con el correr de los minutos comenzaba a crecer, no había forma posible de confirmar el resultado final.
Esa misma noche una tediosa cena familiar me hizo acercar hasta la esquina de Cabildo y Juramento. Al bajar del colectivo 63, divisé a unos metros un kiosco de diarios. Ahí se podía conseguir la 6ta. edición del diario Crónica!!!. Sin dudarlo me acerqué y compré un ejemplar. La alegría fue mayúscula cuando en el resumen del partido se leía Argentino de Merlo 1 – Excursionistas 2. El verde había ganado el partido con gol de Milano cuatro horas más tarde. Encaré aquella cena familiar con un ánimo completamente renovado y de mucho mejor humor.
Esta historia se repitió muchas veces a lo largo de mi infancia. Imaginen que aprendí de memoria el número de teléfono del diario Crónica que era 361-1001. Estos hechos no hacían otra cosa que alimentar la necesidad de estar presente en la cancha. Es por eso que apenas tuve la edad suficiente, comencé a ver los partidos del verde en todos lados, sin importar el rincón ignoto donde lo mandara el fixture.
Una tarde del mes de marzo de 1987 Excursionistas enfrentaba a Argentino de Merlo en el oeste.
Esa tarde tomé prestada la radio de mi viejo y sintonicé el programa el Ascenso por Tres, que se emitía por Radio Colonia. En ese histórico show radial transmitían algún partido del Nacional B o Primera B y a la vez informaban los goles de todas las canchas, de todos los encuentros de la fecha.
Imaginen en cada estadio un periodista, o un amigo o un hincha, que buscaba un teléfono público o pedía permiso a un vecino amable que le permitiera utilizarlo para informar de un gol. En aquel momento en la radio sonaba un pitido y al instante venía la información: Piiiiiii Gol de Excursionistas, Caimi, Argentino de Merlo 1 – Excursionistas 1. Era imposible saber en que momento había sido convertido el gol, tal vez hacía media hora que el partido estaba empatado.
Recuerdo que la mayoría de los goles llegaban en lo primeros 15 minutos del segundo tiempo, pero el momento más álgido y temible, era sobre el término del programa cuando llegaban los resultados finales.
Con el tiempo fui desarrollando un gran odio a la palabra parcial, porque suena a algo no terminado, inconcluso, imperfecto, modificable. Aquella tarde la voz del locutor al final fue Argentino de Merlo 1 – Excursionistas 1 parcial. Minutos después finalizaba la transmisión.
Esas últimas siete letras hacían perder valor a toda la información. La duda con el correr de los minutos comenzaba a crecer, no había forma posible de confirmar el resultado final.
Esa misma noche una tediosa cena familiar me hizo acercar hasta la esquina de Cabildo y Juramento. Al bajar del colectivo 63, divisé a unos metros un kiosco de diarios. Ahí se podía conseguir la 6ta. edición del diario Crónica!!!. Sin dudarlo me acerqué y compré un ejemplar. La alegría fue mayúscula cuando en el resumen del partido se leía Argentino de Merlo 1 – Excursionistas 2. El verde había ganado el partido con gol de Milano cuatro horas más tarde. Encaré aquella cena familiar con un ánimo completamente renovado y de mucho mejor humor.
Esta historia se repitió muchas veces a lo largo de mi infancia. Imaginen que aprendí de memoria el número de teléfono del diario Crónica que era 361-1001. Estos hechos no hacían otra cosa que alimentar la necesidad de estar presente en la cancha. Es por eso que apenas tuve la edad suficiente, comencé a ver los partidos del verde en todos lados, sin importar el rincón ignoto donde lo mandara el fixture.
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