Después de desaprovechar infinidad de posibilidades para ascender durante el torneo 87/88, los dirigentes decidieron contratar al DT vedette del momento: el "Mago" Ricardo Della Vecchia. El "gordo" venía de dirigir a L.N. Alem, y de su mano también llegaron los dos marcadores centrales del equipo lechero, José Toledo y el "Misil" Oscar Ojeda. Este último era una bestia gigante, que contaba con las virtudes técnicas que tienen todos los marcadores centrales de la Primera C, pero además era poseedor de un disparo violento y letal, óptimo para ejecutar tiros libres. Años anteriores habíamos sufrido en carne propia la potencia del cañón de su pie derecho.
Iniciado el torneo perdimos las dos primeras fechas, luego vinieron seis victorias al hilo, para dar paso a seis sin ganar. Promediando el torneo la historia ya estaba escrita, un Excursio irregular no le podía escapar a la mitad de la tabla. Recuerdo, sin embargo a Ojeda. Cada vez que el árbitro cobraba un foul cerca del área, todo el público observaba al "Misil", quien iniciaba una veloz corrida hasta el arco contrario. Tomaba la pelota entre sus manos y la acomodaba dulcemente, como si colocara un bebé en la cuna. Inmediatamente después venía la decepción en forma irremediable, al observar que el balón buscaba cualquier destino menos la red. El "Misil" Ojeda sólo convirtió dos goles, uno de penal y el otro sólo Dios sabe como. En toda la segunda rueda no convirtió un solo gol a pesar de sus miles de intentos. Al final apenas el juez cobraba un tiro libre, el público le gritaba ¡¡¡Quedate Misil, no vayas!!!! A lo que el central siempre hacía oídos sordos.
A pesar de la inestabilidad del equipo, el mismo era bastante mas que aceptable. Con el correr de las fechas vagó ente los primeros seis puestos de la tabla y llegada la última fecha le tocó enfrentar al puntero Argentino de Quilmes en la barranca quilmeña. Excursionistas llegó a ese partido ya clasificado al Octogonal por el segundo ascenso, sin otro objetivo que cumplir con el fixture, con la mente ya en el reducido. Por otro lado la situación para los mates era mucho mas trascendente. El equipo del sur compartía la primera posición con Ituzaingó, por lo que estaban obligados a ganar para lograr el ascenso. El estadio de Alsina y Cevallos estaba totalmente repleto de público sureño. Todas las tribunas rebalsaban de hinchas. Entre ellos se podían ver hinchas de Excursionistas camuflados, incluido quien escribe estas líneas.
Muchos afirman que aquella fatídica tarde la actuación del verde fue sospechosa, pero yo les puedo asegurar que la pelota volaba por el aire como poseída y ella sola, se introducía en el arco defendido por nuestro golero Abt. Por otro lado ese equipo mate tenía figuras de la talla de Lapolla, Cecconato, Lahorca, Cuartas y al querido "Loco" Seria en el arco. Se dio una goleada que tuvo ribetes de histórica. Fue un 8-2 que no se ve todos los días. En la memoria colectiva del hincha villero, jamás se pudieron disipar las dudas acerca de esa tarde. Cuentan que el "Mago" Della Vecchia y varios jugadores jamás llegaron a volver en el micro de regreso a Belgrano. La leyenda indica que dejó se ser DT de Excursio aquella misma tarde en las inmediaciones de las Barrancas de Belgrano. El "Misil" y otros siguieron sus pasos.
Para encarar el octogonal se designó como director técnico al recordado Guillermo Tuya. En la primera fase eliminamos a Alem en All Boys ante muy poco público del verde, que luego de la goleada le había quitado la confianza al equipo. En la llave siguiente nos tocó visitar a Sarmiento en Junín donde Excursio perdió 1-3, un resultado que para ese equipo parecía ya imposible de remontar. La vuelta fue en Floresta, donde el verde salió con todo a buscar el partido. Eckerdt y Aragón marcaron dos goles rápidamente, pero sobre el epílogo del primer tiempo Sarmiento descontó, y otra vez las esperanzas se fueron por el piso.
En el entretiempo, caminando por la calle Mercedes, desde una ventana que daba al vestuario visitante pude escuchar una catarata de insultos que descargaba el DT juninense sobre sus dirigidos. Pensé que esa sería una nueva técnica para despertarlos, para que salgan por el túnel a dejar la vida, lo que me causó cierto temor. Pero sucedió todo lo contrario. Excursionistas siguió atacando y Claudio Caimi elevó la diferencia a 3-1. Con este marcador obligábamos a un alargue. Teniendo en cuenta el esfuerzo realizado por los jugadores, y nuestras pocas expectativas, era algo que ya nos conformaba pero… Faltando 5 minutos el interminable Polaco nuevamente, tomó un pase de Aragón y cerró el partido con un 4-1, logrando una victoria heróica. Habíamos dado vuelta una clasificación imposible alcanzando la final del torneo reducido. Ya nadie se acordaba de la nefasta tarde en la Barranca quilmeña.
En la final nos medíamos con Ituzaingó, que venía de perder el partido decisivo con Argentino de Quilmes por el primer ascenso. Apadrinado por el poderoso empresario Carlos Sacaan, contaban con un plantel rutilante. En el partido de ida jugado nuevamente en All Boys, una multitud se trasladó desde el Bajo Belgrano. Fue un magro 0-0. La revancha sería en cancha del Dep. Morón.
Habiendo cosechado un empate, las esperanzas de ganar contra un equipo que casi había salido campeón eran pocas. No obstante los sufridos hinchas villeros acompañaron al equipo dando su incondicional aliento. En la cabecera local se veía un grupo minúsculo de hinchas del león del oeste, cuando de repente por una de las puertas ingresó una bandera larguísima con los colores rojo y blanco. Debajo de ella un grupo importante de hinchas del gallo, se hacían presentes para alentar a sus amigos coterráneos.
Finalmente Ituzaingó ganó 2-1. Era un gran equipo que también contaba con muy buenos jugadores como Franzoni, Pérez, Bustingorria, Elguezábal y el arquero Langone. A la postre, hasta alcanzaría el Nacional B, situación inédita para tan pequeño cuadrito.
Con respecto a nosotros, nuevamente perdimos la posibilidad de ascender. Esa fue, pese a haber ya vivido otras, la primera gran tristeza profunda que me causó Excursionistas. Ese día, no obstante, entendí que la obsesión por Excursio sería algo que no podría abandonar por el resto de mi vida.
Iniciado el torneo perdimos las dos primeras fechas, luego vinieron seis victorias al hilo, para dar paso a seis sin ganar. Promediando el torneo la historia ya estaba escrita, un Excursio irregular no le podía escapar a la mitad de la tabla. Recuerdo, sin embargo a Ojeda. Cada vez que el árbitro cobraba un foul cerca del área, todo el público observaba al "Misil", quien iniciaba una veloz corrida hasta el arco contrario. Tomaba la pelota entre sus manos y la acomodaba dulcemente, como si colocara un bebé en la cuna. Inmediatamente después venía la decepción en forma irremediable, al observar que el balón buscaba cualquier destino menos la red. El "Misil" Ojeda sólo convirtió dos goles, uno de penal y el otro sólo Dios sabe como. En toda la segunda rueda no convirtió un solo gol a pesar de sus miles de intentos. Al final apenas el juez cobraba un tiro libre, el público le gritaba ¡¡¡Quedate Misil, no vayas!!!! A lo que el central siempre hacía oídos sordos.
A pesar de la inestabilidad del equipo, el mismo era bastante mas que aceptable. Con el correr de las fechas vagó ente los primeros seis puestos de la tabla y llegada la última fecha le tocó enfrentar al puntero Argentino de Quilmes en la barranca quilmeña. Excursionistas llegó a ese partido ya clasificado al Octogonal por el segundo ascenso, sin otro objetivo que cumplir con el fixture, con la mente ya en el reducido. Por otro lado la situación para los mates era mucho mas trascendente. El equipo del sur compartía la primera posición con Ituzaingó, por lo que estaban obligados a ganar para lograr el ascenso. El estadio de Alsina y Cevallos estaba totalmente repleto de público sureño. Todas las tribunas rebalsaban de hinchas. Entre ellos se podían ver hinchas de Excursionistas camuflados, incluido quien escribe estas líneas.
Muchos afirman que aquella fatídica tarde la actuación del verde fue sospechosa, pero yo les puedo asegurar que la pelota volaba por el aire como poseída y ella sola, se introducía en el arco defendido por nuestro golero Abt. Por otro lado ese equipo mate tenía figuras de la talla de Lapolla, Cecconato, Lahorca, Cuartas y al querido "Loco" Seria en el arco. Se dio una goleada que tuvo ribetes de histórica. Fue un 8-2 que no se ve todos los días. En la memoria colectiva del hincha villero, jamás se pudieron disipar las dudas acerca de esa tarde. Cuentan que el "Mago" Della Vecchia y varios jugadores jamás llegaron a volver en el micro de regreso a Belgrano. La leyenda indica que dejó se ser DT de Excursio aquella misma tarde en las inmediaciones de las Barrancas de Belgrano. El "Misil" y otros siguieron sus pasos.
Para encarar el octogonal se designó como director técnico al recordado Guillermo Tuya. En la primera fase eliminamos a Alem en All Boys ante muy poco público del verde, que luego de la goleada le había quitado la confianza al equipo. En la llave siguiente nos tocó visitar a Sarmiento en Junín donde Excursio perdió 1-3, un resultado que para ese equipo parecía ya imposible de remontar. La vuelta fue en Floresta, donde el verde salió con todo a buscar el partido. Eckerdt y Aragón marcaron dos goles rápidamente, pero sobre el epílogo del primer tiempo Sarmiento descontó, y otra vez las esperanzas se fueron por el piso.
En el entretiempo, caminando por la calle Mercedes, desde una ventana que daba al vestuario visitante pude escuchar una catarata de insultos que descargaba el DT juninense sobre sus dirigidos. Pensé que esa sería una nueva técnica para despertarlos, para que salgan por el túnel a dejar la vida, lo que me causó cierto temor. Pero sucedió todo lo contrario. Excursionistas siguió atacando y Claudio Caimi elevó la diferencia a 3-1. Con este marcador obligábamos a un alargue. Teniendo en cuenta el esfuerzo realizado por los jugadores, y nuestras pocas expectativas, era algo que ya nos conformaba pero… Faltando 5 minutos el interminable Polaco nuevamente, tomó un pase de Aragón y cerró el partido con un 4-1, logrando una victoria heróica. Habíamos dado vuelta una clasificación imposible alcanzando la final del torneo reducido. Ya nadie se acordaba de la nefasta tarde en la Barranca quilmeña.
En la final nos medíamos con Ituzaingó, que venía de perder el partido decisivo con Argentino de Quilmes por el primer ascenso. Apadrinado por el poderoso empresario Carlos Sacaan, contaban con un plantel rutilante. En el partido de ida jugado nuevamente en All Boys, una multitud se trasladó desde el Bajo Belgrano. Fue un magro 0-0. La revancha sería en cancha del Dep. Morón.
Habiendo cosechado un empate, las esperanzas de ganar contra un equipo que casi había salido campeón eran pocas. No obstante los sufridos hinchas villeros acompañaron al equipo dando su incondicional aliento. En la cabecera local se veía un grupo minúsculo de hinchas del león del oeste, cuando de repente por una de las puertas ingresó una bandera larguísima con los colores rojo y blanco. Debajo de ella un grupo importante de hinchas del gallo, se hacían presentes para alentar a sus amigos coterráneos.
Finalmente Ituzaingó ganó 2-1. Era un gran equipo que también contaba con muy buenos jugadores como Franzoni, Pérez, Bustingorria, Elguezábal y el arquero Langone. A la postre, hasta alcanzaría el Nacional B, situación inédita para tan pequeño cuadrito.
Con respecto a nosotros, nuevamente perdimos la posibilidad de ascender. Esa fue, pese a haber ya vivido otras, la primera gran tristeza profunda que me causó Excursionistas. Ese día, no obstante, entendí que la obsesión por Excursio sería algo que no podría abandonar por el resto de mi vida.
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