lunes, 24 de octubre de 2011

Rosario Central 0 – Excursio 0 (22.08.42)

Finalizado el torneo de 1941, Excursionistas se ubicó en la mitad de la tabla. Ese equipo estaba formado por grandes jugadores como Alfredo Alvarez, Luis Maraviglia, Juan Rebutti, el “Indio” Juan Soler (luego vendido al Santos de Brasil) y Luis Paolini. El campeón fue Chacarita Jrs. que realizó una campaña exitosa logrando una diferencia de 13 puntos sobre su perseguidor Colegiales.
Ese mismo año en Primera División, se descubrió un intento de soborno y el Club Banfield fue castigado con una dura quita de puntos que lo dejó al borde del descenso. En la última fecha, en una final para no bajar, Banfield le ganó a Rosario Central y condenó a los “canallas” a disputar el torneo de Primera B del año siguiente.
Para el campeonato de 1942, Excursio decidió mantener la base del año anterior e incorporó jugadores para consolidar el equipo. Estas incorporaciones dieron un gran resultado: Víctor Rossell reforzó la defensa, Miguel Luques y Julio Pereyra el mediocampo, y para la línea delantera, llegaron César Roggero y Andrés Archero. Entre estos dos últimos convirtieron nada menos que 27 goles.
Iniciado el torneo, el equipo necesitó 5 fechas para lograr armar una base sólida. Durante esos primeros partidos dejó puntos en el camino que al final serían decisivos y se lamentarían sobremanera.
Por su parte Rosario Central comenzó a desandar el camino de vuelta a la Primera División. Arrancó curiosamente con un empate sobre la hora en el Bajo Belgrano por 1-1. Los rosarinos solo perdieron 4 partidos a lo largo del torneo y todos fueron en condición de visitante. En Rosario el equipo tenía un andar demoledor, destruyendo las redes contrarias de la mano del “Torito” Aguirre. Así registraron grandes goleadas como un 8-2 a Acassuso, 12-1 a Chicago, 6-3 a Temperley, 6-1 a Argentinos Jrs. y 9-0 a Dock Sud.
El 23 de agosto de 1942 Excursionistas, de gran torneo, viajó a Rosario para enfrentar al equipo “canalla”. En la tabla de posiciones solo los separaban 3 puntos. Central tenía 25 y el verde 22 unidades. Nótese, que a pesar de la descomunal campaña del equipo centralista, la performance de la escuadra albiverde no se quedaba atrás. Los dirigidos por Pedro Tilhet, no lograban triunfos con goleadas escandalosas, pero si victorias resonantes, a saber con Quilmes 3-1, Defensores 5-1, Argentinos Jrs. 1-0 y Dock Sud 4-0, todos en condición de visitante.
Aquella tarde Excursionistas formó con Rebutti, Rossell, Maraviglia, Pereyra, Soler, Alvarez, Paolini, Luques, Archero, Ballerio y Roggero. Las crónicas cuentan que el estadio presentaba una numerosa concurrencia. El equipo de Belgrano jugó un gran partido. Promediando el segundo tiempo, aun con el marcador en cero, el jugador local Aguirre ejecutó un violento disparo, la pelota dio la impresión de introducirse en el arco, pero salió fuera del campo rozando apenas uno de los postes. En ese momento del partido, se detiene el juego por un minuto, en homenaje a la memoria de un ex dirigente rosarino. A los 32 minutos Archero es lesionado por Perucca y debe dejar la cancha, debiendo Excursionistas afrontar los minutos que restaban con 10 hombres. Aprovechando la ventaja numérica los auriazules se lanzaron a la carga pero la figura de Rebutti se agigantó. El resultado final fue 0-0. Los verdes retornaron a Belgrano con un resultado impensado, increíble y con visos de hazaña para ese Central arrollador en la Chicago argentina.
El diario La Capital de Rosario dijo “Excursionistas se mostró como un cuadro homogéneo, con algunos buenos valores, como el zaguero derecho Maraviglia, su eje medio Soler, poseedor de un remate poco común, y un insider izquierdo como Ballerio”. El diario Crítica comentó “Por primera vez de lo que va el torneo de ascenso, el conjunto de Rosario Central actuando en su cancha, no ha logrado superar a su oponente, ya que tuvo que dividir honores sin abrir el score…” y finalmente El Mundo opinó “Excursionistas le jugó de igual a Rosario Central, y si hubiese resultado ganador no hubiera sido injusto”.
Según los adictos del Bajo que presenciaron el encuentro, el mejor jugador fue Alfredo Alvarez. Hasta las tribunas rosarinas aplaudieron al diminuto half. Cuando el equipo llegó a Retiro, la hinchada se dio cita para aplaudir a nuestros jugadores. Cuando descendieron del tren, el “Indio” Soler, Rebutti y Tilhet fueron llevados en andas por los salones de la vieja Estación.
En las 15 fechas restantes Rosario siguió con su andar arrollador y obtuvo 13 victorias, pero el verde no se quedó atrás con 10.
A pesar de la gran campaña realizada por el campeón, éstos debieron esperar hasta la anteúltima fecha para coronarse ganadores del torneo, con la increíble cifra de 118 goles a favor.
En aquella anteúltima fecha, Excursio derroto a All Boys en el Bajo Belgrano por 4-1. Esa tarde, al finalizar el partido, los hinchas saltaron a la cancha y dieron la vuelta olímpica luciendo una gran bandera. En esos tiempos aún se le daba valor a un sub-campeonato. Los exitistas aun no habían inventado la frase de que el segundo es el primer fracasado.
Con el correr de los años, el título rosarino se manchó con sospechas de soborno, algunas de las cuales fueron confirmadas. Varios de los insólitos resultados conseguidos en Rosario no habían sido del todo lícitos. El presupuesto de fútbol, según los libros contables, fue más alto que el de la famosa “Máquina” del River Plate campeón en Primera División con Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau.
Todo esto colaboró para que la campaña del verde se recuerde como aún más épica. Probablemente haya sido la temporada mas genial del cuadro del Bajo Belgrano en el Profesionalismo, y para muchos, el mejor plantel de toda su historia.

lunes, 17 de octubre de 2011

Excursionistas 1 - Midland 2 (20.09.1997)

Todos asociamos el nombre de Patton con George, aquel brillante estratega militar norteamericano, absolutamente decisivo en la victoria aliada contra los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Dice la leyenda que fue, sin lugar a dudas, el general mas temido por los nazis. Sin embargo aquí, en el Bajo Belgrano, su apellido es asociado a recuerdos no tan agradables.
Andrés Patton Urich, a quien nos referiremos, nació en la localidad de Vicente López a inicios de la década del 70. Patton se desempeñaba como arquero, su cuna fue el Club Colegiales por donde tuvo un irregular paso, y más tarde recaló en Argentino de Merlo. A inicios de la temporada 97/98 hizo su desembarco en el club de Pampa y Miñones.
Vale aclarar que en 1997 el club se encontraba sumido en una profunda crisis económica, que en Marzo de 1998 iba a desembocar en la quiebra. Seguramente éstas razones de índole financiera, hicieron que los dirigentes confiaran en él para contratarlo como arquero de la Primera División. Algunos recordarán ese plantel como probablemente uno de los más flojos de la historia del club.
Pero volviendo a Patton, el recordado técnico del club Daniel Messina, notó al instante sus precarias condiciones y lo relegó al banco de suplentes, dándole el puesto a Deleva. Sin embargo, ya en la primera rueda, se lo pudo ver en algunos partidos. Sus largos pantalones negros, su escasa estatura y sus increíbles dudas frente a cada pelota cruzada, hacían temblar a los seguidores del club de Belgrano.
De todas formas, como decíamos, este era un plantel muy corto y excesivamente limitado. A la postre, Excursio finalizó ese apertura en la 15º posición, con solo 15 puntos cosechados y tres equipos por debajo.
De esos pocos partidos que Andrés jugó en la primera rueda, en todos se notaron sus deficiencias, como en el empate 2-2 de local con Claypole, un pésimo equipo que descendió holgadamente o en los 4 goles que Lamadrid nos propinó en Devoto.
Sin embargo, el partido que nos aboca hoy es un Excursio-Midland en Belgrano. La paternidad del verde sobre el conjunto de Libertad es algo escandaloso que se ha mantenido a través de los años, incluso hasta el día de hoy. Excursio llegó a esa 9na fecha sin haber ganado partido alguno y ocupando los últimos puestos de la tabla. Pero nuestras esperanzas se dirigían al rival: Era Midland!!!!!! Era el momento ideal para sumar el primer éxito del año. Sin embargo, gran parte de nuestras expectativas se derrumbaron al ver ingresar al field al equipo albiverde formando así Pattón Urich, Riganti, Calabrese, Abbona, Lorenzo, Lemos, Brotto, P. Fernández, Márquez, Olivetto, Colantone. Con su descolorido buzo y sus eternos pantalones largos, Patton se dirigía hacia el arco de Pampa. Algo le había pasado a Deleva. Maldecimos por lo bajo, y nos dispusimos a soportar otra tarde de terror.
Era un partido chato y olvidable, pero promediando el primer tiempo Olivetto escapó por derecha y remató cruzado ante la salida del arquero. Estábamos ganando, la racha se cortaba. Finalizado el primer tiempo, todos nos mirábamos y reíamos. Si no nos ganan esta vez con Patton en el arco, jamás en toda su historia lo conseguirían pero…..
Un flaco desgarbado delantero del club de Libertad, que un par de años mas adelante entraría en una historia negra de Excursionistas, nos tenía deparada una sorpresa. Midland presionó a ese débil equipo en el segundo tiempo sin cesar. Y lo que tenía que pasar pasó. Un borbollón en el área, después de que nuestro uno tuviera la pelota a disposición para tomarla no menos de cinco veces, quedó boyando y este flaquito con la once de Midland la empujó. Minutos después un centro cruzado a media altura, imposible de no cortar para un arquero de categorías infantiles fue demasiado para el golero. Acompañó con la vista ese centro como si fuera un pecado mortal tomar la pelota con las manos. El mismo atacante de Libertad, ni lerdo ni perezoso, la empujó a la red. Todo había terminado. Patton lo había hecho de nuevo. Midland se fue de Belgrano con la primer victoria de toda su existencia, y nunca jamás volvería a ganar en Pampa y Miñones en los 15 años siguientes. Aquel enjuto delantero se llamaba Adrián Barrionuevo, quien años más tarde, accionaría legalmente contra Excursionistas tras aquel desastre con Comunicaciones en la invasión de la cancha.
Para colmo de males, increíblemente en el Torneo Clausura, nuestro cancerbero estrella atajaría casi todos los partidos de titular. De más esta decir, que dicho certamen fue un suplicio. Excursio finalizó último!!!!!!! Solo acumuló 6 puntos con 14 derrotas en 17 partidos. Cada sábado la exhibición del guardametas era dantesca. A pesar de todo, como no hay mal que por bien no venga, aquella desastrosa campaña tuvo como corolario la renuncia de la Comisión Directiva.
Andrés Patton Urich abandonó el fútbol tras ese año, una muy acertada decisión. Dicen que estudió Derecho y se recibió de abogado. Al recordarlo, imagino que si ejerce su profesión como atajaba, jamás le confiaría mi defensa ante un tribunal.

viernes, 7 de octubre de 2011

Claypole 1 – Excursionistas 0 (20.12.97)

El Club Atlético Claypole es un humilde club de fútbol, ubicado en la localidad del mismo nombre en el partido de Alte. Brown. Su pequeño estadio, el Rodolfo Capocassa está situado en el Barrio de Don Orione, que toma su nombre del Cottolengo franciscano allí ubicado. Pese a nunca haberse destacado sobremanera en el fútbol afista (se afilió recién en 1978), tiene una relativamente importante raigambre popular en la zona.
La última vez que habíamos enfrentado a Claypole había sido en noviembre de 1993. Recordaba muy bien aquella tarde. Durante esa semana averiguamos y nos asesoramos bien sobre como llegar a la cancha. El colectivo 160 nos dejaba “perfecto” tales las palabras exactas que utilizó un vecino del lugar al que consultamos. Según nuestros datos nos acercaba a tres o cuatro cuadras. Aunque, en realidad, todos sabemos que esa distancia en el tema fútbol de ascenso puede ser pequeña y sencilla o un recorrido maratónico sumamente dificultoso.
Luego que el colectivo realizara un breve citytour por adentro del Barrio Don Orione, una zona que resultó bastante densa donde subieron varios hinchas del tambero, descendimos muy cerca del viejo Cottolengo. Dejamos que los hinchas locales se alejaran un poco hasta que quedamos solos. La vieja bandera del verde descansaba debajo de mi remera y por el momento todo estaba tranquilo. Cruzamos un paso a nivel del Ferrocarril Roca, pasamos por debajo de un puente en construcción, y casi sin darnos cuenta nos vimos rodeados por un grupo de jóvenes. Si bien no se dirigían hacia nosotros, acompañaban nuestro andar. Su cercanía era sospechosa. Dos en bicicleta y otros tres caminando se empujaban y gritaban. Cada vez se acercaban más. Ellos no sabían si íbamos a la cancha (aunque casi descuento que eso pensaban), pero la situación se estaba poniendo tirante. Habíamos divisado el estadio y emprendimos una caminata paralela al paredón. Desde lejos se veía el final del extenso muro, y luego un gran descampado donde un caballo pastaba tranquilamente, totalmente ajeno a lo que estaba por suceder. Cuando esperábamos lo peor, justo en el momento que íbamos a ser presa de ese grupo selecto de bandidos, apareció un micro con la hinchada de Excursionistas!!. En la misma esquina descendieron alentando por el verde y disparando cohetes al aire. Semejante intrusión provocó que nuestros amigos se alejaran velozmente. Al mismo tiempo las detonaciones hicieron que el equino se pare en dos patas, y entre relinchos quejosos emprenda una cabalgata por la campiña claypolense.
Nos sumamos al grupo de hinchas recientemente llegados e ingresamos al humilde estadio Rodolfo Vicente Capocassa, para colgar las banderas y ver como el verde empataba 1-1 con gol de Dopazo.
Cuatro años más tarde el fixture nuevamente nos hacía viajar hacia el mismo destino. Claypole había logrado retornar a la divisional tras otro dificultoso paso por la Primera D, esa dimensión desconocida que ocupa el último peldaño del fútbol argentino. Un dato no menor y que es importante destacar era que la cancha había sido clausurada durante muchos meses, y luego de la intensa labor de los vecinos y socios había sido nuevamente habilitada. Este hecho había sido tomado como una verdadera conquista del pueblo tambero.
Llegamos, esta vez en auto, a la esquina del Cottolengo Don Orione y tomamos hacia el puente que ya había sido habilitado. Desde lo más alto se ofrecía ante nuestros ojos una vista aterradora. Ya nada era igual que hace cuatro años atrás en esa vieja canchita de campo, ahora todo había cambiado, pero todo para peor.
El Capocasa lucía una imagen espectacular, con todos sus sectores colmados de público. Las columnas de hinchas se acercaban desde todos los puntos cardinales. Parecía una fortaleza medieval inexpugnable. A los pocos segundos que comenzó nuestro ascenso por el puente, los hinchas apostados sobre el paredón perimetral, notaron inmediatamente que éramos hinchas de Excursionistas. Agitaron sus brazos en el aire, en una señal inequívoca de que si pretendíamos acercarnos la pasaríamos mal. Ya era imposible entrar.... En ese instante recordamos lo que un caracterizado y ultra fiel seguidor de Excursio nos había advertido: "No vayan... no van a poder entrar...", consejo que desde luego desoímos desde nuestra prepotente juventud.
Mientras intentábamos sintonizar la radio, íbamos y veníamos por el puente buscando un agujero por el cual escabullirnos, pero no había un espacio que no estuviese custodiado por un tambero.
Durante el primer tiempo observamos otros autos con hinchas de Excursio que tampoco conseguían una forma de entrar. Un Ford Falcon negro con más de una década encima y casi destruido, completo de hinchas locales también se paseaba por el puente como marcando territorio y a la caza de algún desprevenido.
Promediando el segundo tiempo arribó el micro con las huestes del Bajo Belgrano y pensamos lo peor. Ellos si intentaron atravesar el territorio y llegar a la tribuna visitante. Se produjo un violento intercambio de piedras, palos y proyectiles de todo tipo. Tras un lapso importante apareció en el lugar la infantería bonaerense para separar. Arrió a los hinchas visitantes y los echo del barrio en su viejo micro destartalado de regreso a Belgrano.
Ya casi terminaba el partido y decidimos que era hora de volver. Aunque no pudimos entrar, sentimos que nuestra misión de acompañar al verde había sido cumplida.
Para la estadística el verde saltó al campo de juego con: Pattón Urich, Calabrese, Weimbinder, Abbona, Lorenzo, Brotto, Míguez (Fort), Leguizamón, Chávez (Folino), Olivetto (Colabufa), Gigante y el resultado fue una derrota por 0-1. Al final del torneo Claypole descendió nuevamente a Primera D y nunca más volvimos al Capocassa.